Los Colores del hogar, un elemento clave
Los colores transmiten luz. Más específicamente: transmiten sus variaciones. Y así tienen distintos efectos sobre nosotros. Pueden actuar como estimulantes o como relajantes. Nos aportan calidez y seguridad o claridad y limpieza. Pueden ser alegres, reconfortantes y acogedores. Por tanto, la elección de los colores en el hogar puede contribuir de forma decisiva al confort y el bienestar. No olvide que cada gama de colores tiene efectos propios y característicos.
Blancos y beiges
El blanco es un color noble y con gran presencia. Además, dentro del mundo de la decoración de interiores, nunca pasa de moda. Para restarle una pizca de esa rotundidad, podemos combinar el blanco con otros colores claros, como beiges pálidos. Así lograremos que nuestros interiores tengan un aire distinguido, de buen gusto, pero sin excesiva solemnidad.
Gris
Por sí solo, el gris nos transmite pragmatismo y discreción. Pero si lo combinamos con otros colores, se ennoblece y aporta valor al conjunto.
Castaño
Este color nos recuerda a la tierra. A la madera. A la naturaleza. Pero también a placeres como el café, el pan recién horneado o el chocolate. Con el sostén que nos da esa fuerza, ese arraigo, nos sentimos cómodos y protegidos. Los tonos castaños nos unen con el origen de las cosas. De ahí ese efecto telúrico y de estabilidad que tienen estos tonos.
Amarillo-beige
Una sala vestida con estos dos colores alegra el ánimo y transmite fuerzas. El amarillo actúa como un bálsamo para los días más complicados y, junto al beige, es una combinación muy elegante. Asimismo, se dice que el amarillo tiene efectos muy beneficiosos como estimulante para el cerebro.
Tonos oscuros
El marrón oscuro es el hermano noble de los tonos acastañados. Transmite una sensación de lujo y luminosidad, sin perder por ello sus matices de confort y calidez. Los marrones oscuros aportan toques de autenticidad, pero retienen también esa sensación de fuerza y arraigo.